viernes, 23 de julio de 2010

Un año y seguimos contando

El conteo de las horas y minutos es agobiante, pero el ponerte a ver lo que hay atrás en memorias y fotografías físicas y mentales neutraliza ese paso del tiempo; pues conforme avanzamos en la edad y las épocas, aprendemos, nos enamoramos, reímos y gozamos del paso por el mundo y las relaciones que en él se dan.


El contacto entre actor y espectador, las caricias entre los telones, la duela y nuestra energía conjugada, generan bellas imágenes que se guardan en la memoria emocional: entre el corazón, la voluntad y la mente. Vibran en tonalidades altas y agudas, dan sensaciones psicodélicas y proporcionan una paz que no es precisamente blanca o azulita transparente.


A un año de llamarnos así, a más de un lustro de compartir la escena, a varios días de fiesta y literal algarabía, estamos en el trabajo de la constancia y la fuerza; tenemos que continuar con esta labor que los grandes empezaron. Mantener la flamita de una revolución cultural que se dice así en todas partes y en todo sentido; del color, las lágrimas, el momiviento, la comedia y la tragedia, los moldes, las arcillas, el proyector, la cinta, los flashazos: del arte cancunense...


Agradecidos de contar con maestros, amigos, conocidos, críticas y público, celebramos que estamos haciendo teatro y como siempre, los invitamos a seguir cerquita, a quedarse junto a nosotros.

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